La ciudad siria de Madaya ha hecho emerger un concepto, nuevo para muchos pero muy antiguo: el hambre como arma de guerra. La historia de la humanidad está llena de asedios. Todos ellos consisten en el agotamiento de una población y el agotamiento final es el hambre. En Siria ya no hablamos de personas que mueren de hambre por desnutrición a causa de la falta de reacción, planificación o desarrollo. Hablamos de un hambre inducida, provocada para conseguir que se rindan unos cuantos enemigos escondidos en una población.
Los muertos por inanición son las víctimas colaterales. Niños y niñas colaterales, mujeres y hombres colaterales, abuelas y abuelos colaterales. Este hambre se sale del estereotipo. Parece que nuestra sociedad se ha acomodado en los estereotipos y solo se reacciona cuando éstos se rompen. Parece que los sirios se empeñan en sacarnos de la comodidad que nos permite convivir con las imágenes asimiladas de los subsaharianos en patera, de los habitantes del Sahel muriendo por desnutrición. Parece que necesitamos nuevas imágenes sobrecogedoras como la de Aylan o las de Madaya para que en Occidente se mueva algo.
¿Hay un relato más próximo a la complejidad de la realidad siria que el que nos llega desde los medios mayoritarios? Algunos ejemplos:
La fam com a arma de guerra, Carme Colomina - Diari AraLa visibilidad que afortunadamente ha tenido la ciudad de Madaya no se ha contagiado al resto de ciudades sirias asediadas desde hace muchos meses en las que sus habitantes están muriendo de hambre.
La ecuación que se interpreta de los medios: ‘explosión mediática = presión internacional = cesión del régimen’, no ha funcionado para miles de sirios y sirias asediadas en otros lugares del país. Esta vez solo conoceremos Madaya. Pero ésta no es la ecuación verdadera. La ecuación acertada es que la ayuda humanitaria llega porque las partes enfrentadas en el asedio han hecho un intercambio. Ésta es la funcionalidad de provocar el hambre: tener una moneda de cambio.
Briefing: All you need to know about sieges in Syria - Irin News
300 personas son evacuadas de la asediada localidad siria de Madaya eldiario.es
Civilians in #Madaya confront militant blocking the road: "Don't you have children? Are u not Hungry? We r Hungry!" pic.twitter.com/fAor4pGJa0
— The 'Nimr' Tiger (@Souria4Syrians) enero 6, 2016
El hambre siria es también ejemplo del hecho de que el hambre es política. El pueblo sirio sufre y muere por una suma de decisiones políticas locales e internacionales. Son las propias de un conflicto bélico y también nos hemos acostumbrado a ellas. Son hechas a favor del rédito político por parte del régimen de Damasco pero también de la pandilla de países enfrascados en el conflicto que, por intereses de un calibre u otro, bloquean las salidas políticas mientras continúa el recuento de muertos. Muertos dentro de un conflicto bélico prolongado en un conflicto de más de 5 años (lo cual es mucho para una guerra moderna) por intereses políticos externos a Siris, de la comunidad internacional, que priorizan un final que les beneficie política y estretgécicamente antes que un final rápido que acabe con la muerte y sufrimiento de de estas personas.
Hollande supedita la voluntad de negociar de Al Asad al cese de bombardeos – eldiario.es
El hambre que mata a más de 25.000 personas al día es el hambre que tiene a las personas malnutridas en un estado de salud tan frágil, tan vulnerable que mueren de ver un virus pasar. Mueren de hambre oculta.
Lo estamos leyendo. Una vez más, la sequía pone en riesgo a millones de personas provocando una crisis de alimentos que los gobiernos locales, de dudosa legitimidad, no saben solventar, por lo que la única solución natural es la ayuda internacional.
Alicia García, Directora Adjunta de Comunicación en Acción Contra el Hambre | ACF-Spain, comparte con ProjecteFAM su experiencia en la comunicación de lo que denomina ser una enfermedad.